Decidí que quería ser actor porque decidí que lo que quiero en mi vida es jugar creando.
Desde la primera vez que entré a una sala de cine, con cuatro años, me sentí atraído por la fantasía del mundo de las cámaras y el escenario. Fue a los catorce cuando me di cuenta de que todos aquellos actores, directores y demás artistas, a quienes leía y veía sus documentales o «detrás de cámaras», tenían algo en común: el juego y la creación a través de este. Es algo que llevo haciendo toda la vida, principalmente a través del deporte, ya que hasta ese entonces había practicado Taekwondo, Kung-Fu y Tiro con Arco, pero no era la competición lo que me llamaba, sino el hecho de sentirme un guerrero de una tierra lejana entrenando artes marciales o un cazador con mi arco.
Fue precisamente a esa edad, catorce, a la cual empecé en mi primera escuela de teatro. Luego, tras acabar Bachillerato en Tenerife, mi tierra natal, me mudé a Madrid para estudiar Arte Dramático, comenzando los primeros meses en Cristina Rota y luego continuando mi formación hasta graduarme en la Escuela para el Arte del Actor Clara Méndez-Leite, además de cursar otras formaciones con Consuelo Trujillo, Cándido Pérez, Alberto Ammann, etc.
Es por esto que, tras estos años formándome y trabajando en proyectos independientes, personales, nacionales e internacionales, se que voy por el camino correcto.